domingo, 17 de agosto de 2014

Vivimos en un mundo repleto de personas y rodeados por vacío.

"La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar"
-Friedrich Nietzsche.

La soledad es un concepto ambiguo, para algunos es la oportunidad de encontrarse consigo mismo y un punto de partida hacia nuevos objetivos, para otros es una sensación insoportable porque es difícil afrontar los problemas cotidianos sin un amigo, una madre, un hermano, o por qué no un enemigo, alguien que note su existencia y lo motive a seguir luchando, a seguir viviendo... Hay también quienes definen soledad como "una prima que yo tengo y se la vive pegada a mi, me aconseja cuando no hay nadie más y ella nunca me va a dejar", tal vez solo sea una metáfora o tal vez esa persona de nombre soledad si existe, pero lo que queda claro es que siempre será una consejera. Es aquí donde se pone interesante, ¿Por qué la soledad es consejera? Es simple, la soledad mas que un estado físico es un estado de animo, un estado en el cual el individuo se dedica a pensar y a cuestionarse el por qué de su existencia, entonces dependiendo del carácter que cada persona posea su soledad puede ser buena o mala consejera. Ella puede decir que es hora de terminar, que el camino ha llegado a su fin y que no tiene caso seguir adelante porque más allá de ese punto solo existe el vacío. Por otro lado, puede aconsejar el tomar una pausa, mirar hacia atrás, ver todo lo que se ha recorrido, conocer en que ocasiones se cometieron errores y en cuales se alcanzaron aciertos; y desde ese punto elegir si seguir en el mismo camino o comenzar a moverse en otra dirección, buscando las mismas u otras metas, pero siempre con el objetivo de salir adelante.

Así pues, esta señora nos hará pensar y depende de nuestra fuerza el usarla para nuestro beneficio o para escribir nuestra propia tragedia.

Luna:

Aquí iba una historia, pero era tan mala que mejor la borré.



Hola, son casi las cuatro de la mañana e hice esto más por la necesidad de empezar a escribir que por sentirme inspirado, aun dejo mucho que desear pero el plan es ir mejorando con un poco de practica, algunas ideas que me puedan dar y sobre todo TODAS SUS CORRECCIONES.

Espero hacerlo mejor la próxima vez, después de todo, la soledad para mi es una gran consejera.

P. D. Gracias a la persona que me propuso el tema y un saludo para su prima.

viernes, 15 de agosto de 2014

Presentación

"Vale la pena ser obvio, especialmente si eres famoso por tu sutileza" - Isaac Asimov.

Pues hola, tengo mala ortografía pero acepto correcciones :)

A veces tengo mala actitud pero valoro los consejos.

Tengo malas ideas pero escucho sus propuestas.

Tengo ganas de ser aire y me respires para siempre... Y soy tan random que me pierdo.

Saludos, y la inspiración se va cuando le escritura es una obligación.

Fin.

Dulce locura.

Ella tardó en pensar.

 -No lo sé. -Volvió el rostro hacia la acera que conducía hacia sus hogares-. ¿Le importa que regrese con usted? Me llamo Clarisse McClellan. -Clarisse.

Guy Montag. Vamos, ¿Por qué anda tan sola a esas horas de la noche por ahí? ¿Cuántos años tiene?

 Anduvieron en la noche llena de viento, por la plateada acera. Se percibía un debilísimo aroma a albaricoques y frambuesas; Montag miró a su alrededor y se dio cuenta de que era imposible que pudiera percibirse aquel olor en aquella época tan avanzada del año.

 Sólo había la muchacha andando a su lado, con su rostro que brillaba como la nieve al claro de luna, y Montag comprendió que estaba meditando las preguntas que él le había formulado, buscando las mejores respuestas.

 -Bueno -le dijo ella por fin-, tengo diecisiete años y estoy loca. Mi tío dice que ambas cosas van siempre juntas. Cuando la gente te pregunta la edad, dice, contesta siempre: diecisiete años y loca. ¿Verdad que es muy agradable pasear a esta hora de la noche? Me gusta ver y oler las cosas, y, a veces, permanecer levantada toda la noche, andando, y ver la salida del sol.

 Volvieron a avanzar en silencio y, finalmente, ella dijo, con tono pensativo:

 -¿Sabe? No me causa usted ningún temor. Él se sorprendió.

 -¿Por qué habría de causárselo?

 -Les ocurre a mucha gente. Temer a los bomberos, quiero decir. Pero, al fin y al cabo, usted no es más que un hombre...